marzo 30, 2009

Notas de carretera


Desde el automóvil, la carretera no parecía peligrosa. La tormenta había pasado y las luces ahora estaban todas encendidas, así que podía ver perfectamente bien quién venía del otro lado. Andrés estaba sentado en el asiento del conductor y debía estar despierto toda la noche, haciendo su trabajo


Esos últimos días para él no habían sido muy entretenidos y en sí, su trabajo no lo era. Estar todo el día sentado, anotando las marcas y modelos de los automóviles que pasan. De acuerdo a la época del año en sí, Andrés sabía que no habría muchos conductores en la carretera, era época baja. Todo mundo se queda en casa o trabajando en la ciudad, y más aun de noche, no había mucha gente que quisiera desplazarse hacia las ciudades más pequeñas del departamento, salvo los campesinos o los dueños de las casas de campo. No había turismo en esta época. Aquellas en que a la gente le gusta viajar, podía verse parejas en los autos, a veces peleándose en pleno camino o a veces mostrando su gran amor. Habían veces que pasaban familias enteras con muchos niños pequeños en autos aún mas pequeños, todos gritando o llorando, los padres queriendo estrangularlos y los abuelos durmiendo su siesta. Sin embargo, ahora nada de eso. En la última hora sólo habían pasado tres vacas y un auto empujado por el conductor.


Encima de todo, el día entero estuvo lloviendo. La poca gente que por allí pasaba debía estar escondida en su casa. Además, mas allá había habido un derrumbe así que los autos pasaban a cuentagotas. En el día sólo habían estado pasando automóviles, ningún camión y tampoco ningún trailer.


De repente, la tormenta empezó muy fuerte y el sonido del agua estaba haciendo que Andrés se durmiera. Súbitamente, oyó un ruido raro a su lado, eso lo despertó. Alguien o algo estaba rasguñando la puerta del costado del automóvil. Después de unos segundos, el ruido cesó. Después de unos minutos, comenzaron en la parte de atrás. Eran unos ruidos limpios y muy pausados, como si con una sola garra hicieran una línea delgada en la pintura del auto. Andrés se quedó en su asiento, muy asustado. Días atrás le habían advertido que eso podía ocurrir.


Andrés tenía los ojos cerrados y estaba esperando que el animal dejara de asustarlo. Los abrió y se dio cuenta que el automóvil estaba mal ubicado, con mas de la mitad en la carretera. Quiso encenderlo pero empezó a oír que el ruido venía desde el motor. Trato de hacer contacto pero el auto parecía muerto. Comenzó a asustarse. Si había un animal en el motor, sería fácil que entrara al interior del auto. El ruido comenzó a hacerse más fuerte.


De repente, una luz lo encegueció. Era una luz blanca y venía acompañada de un sonido muy intenso. Duró unos pocos segundos y Andrés se quedó paralizado, no podía moverse y la luz lo envolvió. Andrés cerró los ojos de nuevo. Al abrirlos, vio que todo estaba de color normal. Vio para atrás de la carretera y había un trailer alejándose. Suspiro aliviado.


Lo que había en el motor hizo que éste no encendiera. Andrés se bajó para examinarlo. Sin darse cuenta, estaba parado de espaldas, a la mitad de la carretera, con la tormenta sobre sí. Oyó de nuevo el mismo ruido pero esta vez más fuerte y más cerca de él. Igual que antes, el ruido más la luz lo envolvió. Sólo oyó un grito suave. Quizás haya sido el propio.


Imagen:

Nuria E.P. - s/t



2 dijeron algo al respecto:

angelcaido666x dijo...

Me recordo el capitulo de los simpsons y el alien que ataca el bus escolar.

Y creo que te volviste a cargar otro muertito....

saludos

Albanella dijo...

Ay.. Muchisimas cosas tienen en los Simpson un similar.. jeje