diciembre 27, 2008

Collage de Fin de Ciclo

... Dejo atrás un pedazo de tiempo.

En este año tuvieron lugar

muchas

rotaciones de engranajes,

muchos

cambios de lugar

de piezas de ajedrez,

demasiadas

bruscas tomas de conciencia

sobre aspectos banales...

en fin, mucho.


(...) y reinventando
la forma de tus caderas
aprendiste
que tus brazos
no bastan
para abarcarlas


Paul Van Borax


viendo rostros
cíclopes

aire
vientos
de mares lejanos
subiendo,
bajando,
jugando
quedando

pieles
con las que vale
la pena
anclar mareas

manuscritos
en letras de porcelana
entre humo
y metralla
de los días que no bastan


Lauren E. Simonutti

herir
sangrar
amar
dejar
volar
flotar
caer
mirar
doler
(..)
vivir

obviedades
difusas del
resumen
de un
ciclo
que será
pintado




El 2009 comenzará en otra atmósfera, otro aire: La Paz. Trece años atrás, igualmente estaba ahí. Con el cierre de las puertas, la suerte de las iguanas guiará la travesía.

Tengan todos Uds. los sinceros deseos de un Año Nuevo de ausencia. Salgan de sí mismos, no está mal el paseo.
Ahí les dejo una sonrisa :)


Mamani Mamani - Kurmi Illimani


diciembre 14, 2008

Los Versos de tu Fusilamiento



La fórmula exacta

que describe

el circunloquio

de tu evasión primera

estima

la irresponsabilidad

funesta

que coordinó

la fuga

y caviló el escape

con mapas

dibujados

de frases

incompletas


Aunque

originaste

las catástrofes

de vientres adosados

al cuaderno de faltantes

y en pizarra

contra muro

bajo tierra

y reviviste

cuerpos muertos

mataste

vulvas vivas

transmigrando

figuras

de

parajes grises

mientras ibas

postulando

ausencias



Ahora retendrás

la historia

disconforme

y habrás

abierto

independizado

a tu nada

inicio

mitades

extremos

parciales

fluctuantes

pasantes

de corriente atemporal

de espacio causal

mermante soledad

vasta/vana/vacua

almohada

de noches pasadas

de registro

de alternancias

de delirio

de fetiches

de dolor

de sangre

vaho

de placer

menguado

jadeo

fatalidad mortuoria

de tu dedo índice

gemido

despliegue de huestes

origen de naufragio

humo de oxígeno

nefasto

placer

cuerpo adverso

diverso/converso

que aparece

diversificado

en imágenes de espejo


con una

colección de cuchillos

otrora oxidados




Imagen:


Lauren E. Simonutti



diciembre 11, 2008

Lo Erótico como Poder - 2da. Parte


(Continuación)


Vivir desde adentro hacia afuera

Hemos sido formadas para temer el sí dentro de nosotras a nuestros más profundos anhelos. Pero una vez reconocidos aquellos que no potencian nuestro futuro, pierden su poder y pueden cambiarse por otros que sí lo hagan. El temor a nuestros deseos los mantiene bajo sospecha e indiscriminadamente poderosos, porque reprimir una verdad es darle más fuerza de la que podemos resistir. El temor de no poder crecer más allá de cualquier confusión que podamos encontrar en nosotras mismas nos mantiene dóciles y obedientes, definidas externamente, y nos lleva a aceptar muchas facetas de nuestra opresión como mujeres.

Cuando vivimos fuera de nosotras, y con esto quiero decir basadas solamente en directivas externas, en lugar de vivir basadas en nuestros conocimientos y en nuestras necesidades internas, cuando vivimos alejadas de las directivas eróticas que vienen desde adentro de nosotras mismas, entonces nuestras vidas permanecen limitadas por formas externas y alienantes y terminamos ajustándonos a una estructura que no está basada en las necesidades humanas. Pero cuando empezamos a vivir desde adentro hacia afuera, en contacto con el poder de lo erótico adentro, permitiendo que ese poder informe e ilumine nuestras acciones en el mundo que nos rodea, entonces empezamos a ser responsables de nosotras mismas en el más profundo sentido.

Al empezar a reconocer nuestros sentimientos más profundos, empezamos a dejar, necesariamente, de sentirnos satisfechas con el sufrimiento y la auto-negación y con la paralización que tan frecuentemente parece ser la única alternativa en nuestra sociedad. Nuestras acciones contra la opresión se hacen uno con nuestro ser, motivadas y reforzadas desde adentro. En contacto con lo erótico, me siento menos dispuesta a aceptar la impotencia u otros estados del ser que no son parte de mi naturaleza, tales como la resignación, la desesperación, la auto-destrucción, la depresión, la auto-negación.

Sí, hay una jerarquía. Hay una diferencia entre pintar una reja interior y escribir un poema, pero solamente una diferencia de cantidad. Y no hay, para mí, diferencias entre escribir un buen poema y ponerme a la luz del sol junto al cuerpo de una mujer que amo.


El poder de lo erótico en nuestras vidas

Esto me lleva a una última consideración sobre lo erótico. Compartir el poder de los sentimientos mutuos es diferente de usar los sentimientos de otra persona como si usáramos un pañuelo desechable. La necesidad de compartir sentimientos profundos es una necesidad humana. Pero en la tradición europea-americana se busca satisfacer esta necesidad en situaciones que casi siempre se caracterizan por un simultáneo mirar hacia otro lado, un usar los sentimientos de quienes participan en la experiencia con nosotras en lugar de compartirlos.

Cuando desviamos la vista de la importancia de lo erótico en el desarrollo y sostenimiento de nuestro poder, o cuando desviamos la vista de nosotras mismas al satisfacer nuestras necesidades eróticas en concierto con otro/as, nos usamos mutuamente como objetos de satisfacción más que compartir nuestro gozo en la satisfacción, más que hacer conexiones con nuestras similitudes y nuestras diferencias. Negarse a estar conscientes de lo que sentimos en cualquier momento, aunque eso parezca incómodo, es negar una gran parte de la experiencia, y ahí es cuando podemos permitir ser reducidas a lo pornográfico, al abuso y al absurdo.

Lo erótico no puede sentirse de segunda mano. Como feminista lesbiana negra tengo un sentimiento, un conocimiento y una comprensión particular de aquellas hermanas con las que he bailado, jugado e incluso peleado. Esta profunda participación ha sido, con frecuencia, el presagio de acciones conjuntas y concertadas que antes no fueron posibles. Pero esta carga erótica no es fácilmente compartida por las mujeres que continúan operando exclusivamente bajo una tradición europea-americana masculina. Yo se que no estuvo disponible para mí cuando estaba tratando de adaptar mi conciencia a este modo de vida y sensación. Solamente ahora encuentro más y más mujeres identificadas con mujeres lo suficientemente valientes para correr el riesgo de compartir la carga eléctrica de lo erótico, sin tener que mirar hacia otra parte y sin distorsionar la naturaleza poderosa y creativa de ese intercambio.

Ese reconocer el poder de lo erótico en nuestras vidas nos puede dar la energía para procurar obtener cambios genuinos en nuestro mundo, en lugar de solamente esperar un cambio de personajes en el mismo cansador drama. Y esto es así no solamente porque tocamos nuestra más profunda fuente creativa sino porque hacemos lo que es femenino y autoafirmativo frente a una sociedad racista, patriarcal y anti-erótica.


*Audre Lorde (1934-1993), negra, lesbiana, poeta, madre de dos niños, autora de varios libros de poesía. Su escritura en prosa incluye Los diarios del cáncer (The Cancer Journals), Zami: una nueva forma de deletrear ni nombre (Zami: a New Spelling of My Name), Hermana marginal (Sister Outsider) y A Burst of Light.

Imagen:

Anais - Mick Payton



diciembre 04, 2008

Lo Erótico como Poder - 1ra. Parte



Por Audre Lorde

Lo erótico es un recurso dentro de cada una de nosotras que descansa en un nivel profundamente femenino y espiritual, firmemente enraizado en el poder de sentimientos no expresados o no reconocidos. Para perpetuarse, toda opresión debe corromper o distorsionar las fuentes de poder, en el interior de la cultura del oprimido, que puedan proporcionar energía para el cambio. Para nosotras, esto ha significado una supresión de lo erótico como fuente de poder y conocimiento en el interior de nuestras vidas.

Se nos ha enseñado a desconfiar de este recurso, que ha sido envilecido y devaluado en la sociedad occidental. Por un lado, lo superficialmente erótico ha sido difundido como signo de inferioridad femenina; por otro, a las mujeres se les ha hecho sufrir y sentirse despreciables y sospechosas en virtud de la experiencia de lo erótico. De ahí hay sólo un paso a la falsa creencia de que solamente por la supresión de lo erótico dentro de nuestras vidas y de nuestras conciencias las mujeres podemos ser realmente fuertes. Como mujeres, hemos llegado a desconfiar de ese poder que surge de nuestro más profundo e irracional conocimiento. Pero lo erótico ofrece un pozo de fuerza para la mujer que no teme su revelación.

La pornografía es la negación de lo erótico

A menudo se le ha dado un nombre equivocado a lo erótico y se lo ha usado contra la mujer. Por esta razón, muchas veces nos hemos alejado de la exploración y consideración de lo erótico como fuente de poder y conocimiento, confundiéndolo con su opuesto, la pornografía. Pero la pornografía es la negación directa de lo erótico, porque representa la supresión de los verdaderos sentimientos. La pornografía enfatiza la sensación sin sentimientos.

Al equiparar pornografía con erotismo, dos usos diametralmente opuestos de lo sexual, se ha intentado también separar lo espiritual de lo erótico, reduciendo lo espiritual a un mundo de afectos desabridos, un mundo ascético en el que se aspira a no sentir nada. Esta reducción de lo espiritual a lo ascético dista mucho de corresponder a la realidad.

Lo erótico es un lugar ubicado entre los comienzos de nuestro sentido de 'yo' y el caos de nuestros sentimientos más fuertes. Es un sentido interno de satisfacción al que, una vez que lo hemos experimentado, sabemos que podemos aspirar. Porque habiendo experimentado la totalidad de esta profundidad de sentimientos y reconocido su poder, por un sentido de auto-respeto, no podemos exigir menos de nosotras mismas.

El valor erótico de nuestro trabajo

La meta de cada cosa que hacemos es hacer la vida de nuestros niños y niñas lo más rica posible. Si celebro lo erótico en todos mis esfuerzos, mi trabajo se convierte en una decisión consciente -en una deseada cama a la que voy con gratitud y de la que me levanto con más poder. Por supuesto, las mujeres con tal poder son peligrosas. De ahí que se nos enseñe a separar lo erótico de todas las áreas más vitales de nuestras vidas que no sean el sexo. Y falta de preocupación por la raíz erótica de nuestro quehacer se manifiesta en la falta de ánimo en mucho de lo que hacemos. Por ejemplo, ¿cuán a menudo realmente amamos nuestro trabajo?

El principal horror de cualquier sistema que define lo bueno en términos de ganancias, en lugar de hacerlo en términos de las necesidades, excluyendo sus componentes emocionales y psíquicos-, el horror principal de tal sistema es que priva a nuestro trabajo de su valor erótico, de su poder erótico, de su íntima relación con la vida y la plenitud. Como mujeres, necesitamos examinar las formas en que nuestro mundo puede ser verdaderamente diferente. Me refiero a la necesidad de reevaluar la calidad de todos los aspectos de nuestras vidas y de nuestros trabajos.

La conexión erótica

La palabra erótico viene de la expresión griega eros, que alude a la personificación del amor en todos sus aspectos. Eros, nacido del dios Caos, representa el poder creativo y la armonía. Cuando hablo de lo erótico, entonces, hablo de una afirmación de la fuerza de vida de las mujeres, de aquella poderosa energía creativa cuyo conocimiento y uso estamos reclamando en nuestro lenguaje, en nuestra historia, en nuestros bailes, en nuestros amores, en nuestros trabajos, en nuestras vidas.

Para mí, lo erótico actúa de varias maneras y la primera es proporcionando el poder que proviene de la experiencia de compartir profundamente cualquier actividad con otra persona. El compartir el goce, ya sea físico, emocional, espiritual o intelectual, crea un puente entre las personas que puede ser la base para entender mejor aquello que no se comparte y disminuir el sentimiento de amenaza que provocan las diferencias.

Otra forma importante en que actúa la conexión erótica es reforzando, de manera abierta y audaz, mi capacidad de goce. De la misma manera en que mi cuerpo se abre a la música, respondiendo a ella, y escucha con atención sus más profundos ritmos, así también todo lo que siento puede abrirse a una experiencia eróticamente plena, sea ésta bailar, construir un estante, escribir un poema, examinar una idea. Esta auto-conexión es una medida del goce de saberme capaz de sentir, un recordatorio de mi capacidad de sentir. Y ese profundo e irremplazable conocimiento de mi capacidad de goce exige que viva toda mi vida en el conocimiento de que tal satisfacción es posible y no necesita llamarse matrimonio ni dios ni vida eterna.

Esta es una de las razones por las cuales lo erótico es tan temido y tan a menudo relegado solamente a la cama, cuando se llega a reconocer. Porque una vez que empezamos a sentir profundamente todos los aspectos de nuestras vidas, empezamos a exigir de nosotras mismas, y de todas las actividades de nuestras vidas, que estén de acuerdo con ese goce del que estamos conscientes de ser capaces. Nuestro conocimiento erótico nos da poder, se convierte en un lente a través del cual miramos todos los aspectos de nuestra existencia, obligándonos a evaluarla honestamente en términos de su relativo sentido en nuestras vidas. Esta es una gran responsabilidad que, proyectada desde nuestro interior, nos compromete a no establecernos en lo conveniente, en lo falso, lo esperado convencionalmente, lo meramente seguro.

(.... continuará)

Imagen:

Anikout

noviembre 03, 2008

No basta


NO BASTA
Gloria Anzaldúa

No basta con
decidir abrirte.

Debes hundirte los dedos
en el ombligo, con las dos manos
agrietarte,
derramar los lagartos y los sapos
las orquídeas y los girasoles,
virar al revés el laberinto.
Sacudirlo.

Sin embargo, no te vacías del todo.
Quizás una flema verde
se esconde en tu tos.
Tal vez no sabes que la tienes
hasta que un nudo
te crece en la garganta
y se convierte en rana.

Te cosquillea una sonrisa secreta
en el paladar
lleno de orgasmos diminutos.

Pero tarde o temprano
se revela.
La rana verde croa sin discreción.
Todos miran.

No basta con abrirte
una sola vez.
De nuevo debes hundirte los dedos
en el ombligo, con las dos manos
desgarrarte,
dejar caer ratas muertas y cucarachas
lluvia de primavera, mazorcas en capullo.
Virar al revés el laberinto.
Sacudirlo.

Esta vez debes soltarlo todo.
Enfrentar el rostro abierto del dragón
y dejar que el terror te trague.
—Te disuelves en su saliva
—nadie te reconoce hecha charco
—nadie te extraña
—ni siquiera te recuerdan
y el laberinto
tampoco es creación tuya.

Y has cruzado.
Y a tu alrededor espacio.
Sola. Con la nada.

Nadie te va a salvar.
Nadie te va a cortar la soga,
a cortar las gruesas espinas que te rodean.
Nadie vendrá a asaltar
los muros del castillo ni
a despertar con un beso tu nacimiento,
a bajar por tu pelo,
ni a montarte
en el caballo blanco.

No hay nadie que
te alimente el anhelo.
Acéptalo. Tendrás que
hacerlo, hacerlo tú misma.
Y a tu alrededor un vasto terreno.
Sola. Con la noche.
Tendrás que hacerte amiga de lo oscuro
si quieres dormir por las noches.

No basta con
soltar dos, tres veces,
cien. Pronto todo es
tedioso, insuficiente.

El rostro abierto de la noche
ya no te interesa.

Y pronto, otra vez, regresas
a tu elemento y
como un pez al aire
sales al descubierto
sólo entre respiros.

Pero ya tienes agallas
creciendote en los senos.

octubre 25, 2008

Versos de Fracaso


Viendo

el soliloquio

de la muerte

en teatro negro

vacío

y dando muestras

de piel hirviente

aquellos versos

fueron inventados

por el fusil

abyecto

de la razón

fría

arguyendo

como razón de bala

el crimen de tu boca

manifestóse la turgencia

obtusa virtud

de velo negado

de clavos rojos

de garra clavada,

trapiche

de madera quemada

sin dejar

inconcluso

sin pabilo

cae

la parafina

de santo y seña,

un grito más

una uña menos

de corte y sigue

un grito de más

una piel de menos

con tu bambalina de himen raído

rastro de pasado

en sus rastros de semen corrido

bambalina de manto

y

fracaso


Imagen:

octubre 13, 2008

Final(es)

I.

Y enredas la soga

en huida impertérrita

denodado por tus tiempos

asustado por tus prisas

incipientes sobre el cieno

del pantano

bajo el suelo


La impregnas de desvelo

y ordenas al cielo

triturar tus venas

mascullar tus penas

con la sombra de una

con tu figura cierta

con tu cabeza yerta

II.

Aquella brisa desde lejos aboga

como cada tarde aciaga

como cierta noche muerta

de estrategias fallidas

en el primer intento


Y ahora

forrado en cemento

dejas salir el peso del aire

un suspiro de infinitud en gemidos

desconocidos

con tu nombre rubricado

en la espalda del tiempo

cuando al fin le viste la cara

de tenaz perseguidor

de cuento


III.

Mientras miento a tu silencio

de palabras respiradas

habitadas por fantasmas

le asomarán sus tropas,

apartarán las ansias de tu boca,

atacarán las anclas de tu barco,

atracarán en la ciénaga del arco

e irán remando hacia tu orilla


IV.

Trastabillas, vacilas, tropiezas

sin muletas,

digamos,

porqués

con el párpado arrancando instantes

con la boca absorbida en decante

la intemperie gris de tus vahídos

de humor viejo

sincolor

presente


Línea verde

cruzando el símbolo

bolsa

sombra

de soledad

multiplicada

conjurada

derrumbada

queda

derrotado el mudo

ronroneo de tus ojos

ante la curva desnuda

de tus dedos

ante la naturaleza indómita

de un

pedazo de lata

Imagen:

Yanina Boldireva